Hace siglos, en un oscuro rincón de la biblioteca de una antigua mansión, reposaba un misterioso manuscrito. Este escrito estaba adornado con símbolos incomprensibles y letras retorcidas, de un idioma que ningún erudito había logrado descifrar. La leyenda susurraba, que aquél que dominara sus secretos, obtendría un poder inigualable sobre la magia negra, capaz de cumplir cualquier deseo, incluso de conjurar al mismísimo demonio.
A lo largo de generaciones, brujos y hechiceros, habían intentado descifrar las enigmáticas palabras, pero todos habían fracasado. El manuscrito parecía resistirse a ser comprendido, y la mansión se llenaba de historias, de aquellos que habían perdido la cordura en el intento.
Hasta que un día, una mujer llegó a la mansión, con una mirada desafiante en sus ojos. Se llamaba Elara, y se rumoreaba, que tenía la sangre de brujos ancestrales, corriendo por sus venas. Con una determinación feroz, se sumergió en el estudio del antiguo texto. Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses.
Elara apenas comía o dormía, obsesionada con descifrar las palabras que habían desafiado a tantos antes que ella. Su mente se sumergió en las profundidades del oscuro idioma, y poco a poco, comenzó a entender su estructura y significado.
Finalmente, una noche tormentosa, mientras el viento aullaba fuera de la mansión, Elara pronunció las palabras finales del conjuro. Un escalofrío recorrió su espalda, mientras el manuscrito se iluminaba con un resplandor ominoso. Un portal se abrió frente a ella, y el mismísimo demonio emergió de las sombras.
Elara, con su mirada desafiante, no mostró miedo. En lugar de eso, exigió que el demonio le concediera el poder absoluto sobre la magia negra, y así lo hizo. Y desde aquel día, Elara caminó por el mundo, cumpliendo sus deseos más oscuros y manteniendo a raya a los demonios con los que había entablado un pacto.
La leyenda de Elara se convirtió en un cuento de brujos, una advertencia de los peligros de la ambición desmedida y el dominio sobre la magia negra. Pero su historia también dejó una pregunta en el aire: ¿cuál sería el precio que finalmente tendría que pagar por su poder?
(Créditos: Leyendas Urbanas).
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