Nací, vivo y quiero que mis huesos sean enterrados aquí, en mi hermoso pueblo de San Rafael de Alajuela. Cuando me casé, me fui a vivir, como a medio kilómetro o un poco más, de la casa de mis padres, a los que siempre los iba a visitar, pues eran mi vida, y prácticamente, me quedaba bastante cerca, mi amigo.