Cuando me hicieron la despedida en mi trabajo, porque me jubilé, tomé tanto, que no sé cómo manejé muchos kilómetros, por la autopista. Llegué a mi casa, no sé cómo, y cuando estacioné el carro en el garage, me tuvieron que sacar del carro, pues estaba dormido. Solo Dios me salvó de algo grave.