En la relación con tus padres, no tomes en consideración si tus hermanos deciden ayudar o no. ¿Yo para qué les doy? Si mis hermanos no aportan. ¿Yo por qué tengo que aportar?
En consecuencia, debes tener en cuenta que, darle a tus padres, sin esperar que los demás aporten, siempre será importante.
Pero recordemos que en esta vida, no todo es dinero. Es, por ejemplo, una compañía a su lado, una conversación durante el desayuno, comida o cena, una ayuda en su hogar, ver y revisar qué es lo que tu padre o madre necesita, preguntar qué hace falta, en qué te puedo ayudar, tomarse un día libre para disfrutar de una amena tarde, conversando mientras degustan de un buen café y se deleitan con la compañía de sus adorables nietos.
Pero muchos ponen pretextos:
a- No tengo dinero.
b- Ella o él tiene pensión.
c- No soy su único hijo.
d- No tengo tiempo para verlos.
e- Tengo mucho trabajo.
f- Se me dificulta ir.
g- Viven demasiado lejos.
Lo absurdo es que, cuando los ves en el ataúd, en ese momento sí tienes o buscas dinero, sí tienes tiempo, dejas tirado el trabajo y no se te dificulta ir al velorio y al sepelio.
Solamente en esa situación, sí tienes todo el tiempo del mundo para estar con ellos, cuando tu ser querido ya no te puede ver, oír, sentir, ni abrazar o besar.
Recuerda esto: Que con la gratitud que ayudes a tus padres, será la misma que tus hijos lo harán por ti. Que la manera que hoy los trates, será la misma que recibirás mañana de los tuyos.
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