Gracias Señor, por este nuevo día.
Gracias por la vida, y por cada prueba que en ella me encuentro, porque es difícil sé que estás conmigo.
Gracias, porque cuando soy débil, Tú me das fuerza. Cuando estoy triste, en Ti encuentro gozo. Y cuando no sé qué hacer, Tú me das paz.
Gracias por amarme como soy, porque a pesar de que sabías exactamente cada detalle de mí, me amaste y proveíste el rescate de mi alma.
Te amo, Señor. Y como no sé cómo agradecerte, solo puedo decir: Heme aquí, Señor.
.