Nuestra existencia por este mundo es pasajera. Tarde o temprano tendremos que partir, sin llevarnos nada material de lo que acumulamos, a lo largo de la vida.
Pero esta realidad, no la queremos aceptar y seguimos afanándonos en atesorar bienes, para satisfacción propia, pero nos olvidamos de lo más importante: que es compartir con los más necesitados.
Tal vez es algo trillado, pero es nuestro deber decirlo: lo más importante en la vida, es atesorar bienes espirituales, porque estos fortalecen nuestra fe y nos hacen mejores seres humanos.
Recordemos que la muerte viene como ladrón en la noche, sin avisar.
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