sta historia que les voy a contar, ocurrió hace ya muchos años.
Pedro era en esa época un muy buen tipo, pero un tipo solitario.
Trabajaba en una fábrica de seis de la mañana a dos de la tarde, de lunes a viernes, y medio dia los sábados. En los años que trabajó en la fábrica, creo que no faltó nunca ni un solo dia, ni siquiera llegó tarde una vez.
El resto del dia, lo pasaba encerrado en su pequeño departamentito alquilado. Leia , escuchaba música, miraba televisión… No era un tipo de salir, no tenia amigos, ni familia ni novia.
Cuando murieron sus padres, allá en su lejano pueblito de provincia, se vino con lo puesto a vivir a la gran ciudad, y entró a trabajar en la fábrica.Sus compañeros de trabajo se burlaban de él y lo cargaban, pero no le importaba.
Podemos decir que prácticamente nada le importaba en la vida, solamente hacer bien su trabajo y no molestar a sus jefes, para no perder su empleo en la fábrica.
Pero un dia feriado, se hartó de estar encerrado, y se decidió a salir a caminar un rato. Caminó y caminó sin rumbo, hasta que de casualidad, llegó al Parque.
Empezó a recorrer los caminitos de polvo de ladrillo, y al dar la vuelta a un recodo, debajo de un gigantesco eucalipto, había un banco… y al lado del banco estaba ELLA.
Si, era ELLA, con mayúsculas, y fue amor a primera vista, algo en lo que jamás había creido. Se sentó en el banco, cerca de ELLA, con la vista baja, ruborizado, la garganta reseca… y tardó un largo rato antes de decidirse a hablarle.
Pero empezó a hablar con ella, y todo fue fácil. Ella lo escuchaba, y él le contaba la triste historia de su vida. Cuando ya caía la tarde y las sombras se alargaban, él se atrevió a decirle que si ella lo esperaba en ese mismo lugar, a la tarde siguiente volveria.
Y asi lo hizo durante los siguientes dos años.
Todas las tardes, iba al parque y se encontraba con ELLA, siempre, no importaba el frio, el calor o la lluvia, siempre se encontraban en su rincón alejado del parque.
Era una mujer de trato muy fácil. El le contaba todos sus problemas, sus recién nacidas ilusiones y esperanzas, y ella lo escuchaba pacientemente, amablemente, sin jamás un reproche ni una crítica.
Un dia se enteró que ella era escritora… y que había escrito poesía para EL!. Eso le hizo alcanzar la cima del mundo!. Ahora, se sentaba en el banco del parque, y pasaba las tardes leyéndole en voz alta todos los poemas, una y otra vez, y otra vez más. Pedro conoció el amor, y el amor lo transportó volando a las puertas del cielo. Hasta que un dia……
Va entrando Pedro al parque, como todas las tardes, con los libros que le dedicó su amada bajo el brazo, apurado, ansioso por verla… cuando se topa con el cuidador del parque
-Buenas, don… - Le dice el cuidador- Que pedazo de tormenta la de anoche, no?
-Si…si – Le dice Pedro, mientras trata de esquivarlo, apurado por ir al encuentro de su amada
Pero el cuidador se le cruza directamente en el camino.
-No, no… escúcheme don!. Va a tener que ir a leer a otro lado, porque la tormenta de anoche tiró al suelo al eucalipto grandote… y rompío todo, el banco donde usted siempre se sienta a leer, y la estatua de Alfonsina Storni, que está al lado, la hizo mil pedazos…-
Pedro derriba de un empujón al cuidador, corre al encuentro de su amada, y con un alarido aterrador arrancado de su corazón, cayó entre sollozos y estremecimientos sobre la estatua destrozada.
Hoy en dia, años después, sigue en la cama de un siquiátrico. No se mueve. Solamente recita en voz alta los versos de su amada Alfonsina.
Los médicos dicen que está loco: pero no: al fin él logró unir su alma con la de su gran amor.
Boris Berkov
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Si algun lector de algun pais lejano, no la conoce, les dejo el enlace a la biografia de Alfonsina: Alfonsina Storni
