Cuando sea viejito, me voy a mudar con cada hijo. Y darles tantas alegrías, de la misma manera que me las dieron.
Quiero devolver todo lo que recibí de ellos, haciendo las mismas cosas. Oh, les va encantar.
Cuando sea viejito y viva con mis hijos, escribiré en las paredes, con lápices de colores, saltaré en los sofá, con zapatos. Beberé en las botellas y las dejaré fuera de la nevera. Atascaré de papel higiénico los sanitarios.
Cuando esté viejito y viva con mis hijos, cuando estén en el teléfono y no me puedan ver, aprovecharé a jugar con azúcar y harina.
Cuando esté viejito y viva con mis hijos, me sentaré a mirar televisión y cambiaré de canal todo el tiempo. Me quitaré las medias y siempre perderé una, y voy a jugar con barro, hasta el final del día.
Cuando esté viejito y viva con mis hijos, cuando me llamen para la cena que hicieron, no voy a comer las verduras, ensalada o la carne.
Derramaré leche sobre la mesa y cuando se enojen correré, si puedo.
Cuando esté viejito y viva con mis hijos, más tarde, ya acostado, voy a agradecer por todo. Y mis hijos me mirarán con una media sonrisa y dirán: "Él es tan dulce, cuando está durmiendo".
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