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preguntado por Semipesado (388k puntos) en Misterios

Yo no podía decir que era realidad hasta esa noche. Mis padres y abuelos decían que en noches oscuras y frías se escuchaba pasar al jinete desalmado. Se decía que se escuchaba su caballo correr por carreteras y caminos, no sólo era su galopar, también era el escuchar de cadenas que arrastraba por donde iba pasando. Decían que si te encontrabas ese jinete de frente perdías tu alma. A Gaitán, un joven que tenía problemas mentales, decían que éste le había robado el alma, y él no podía dar fe de nada de esto, porque ni lo había escuchado ni mucho menos visto.

Creía más bien que era una manera de asustarnos, a nosotros los jóvenes, para que no estuviéramos hasta tarde de la noche fuera. Esa tarde estaba en casa de una amiga, yo vivía en otra vereda  y ella más arriba en un lugar muy bello y tranquilo, empezaba a caer la tarde y mi amiga insistente me decía que me fuera ya para mi casa, ella me había invitado a quedarme en su casa, pero yo no podía debía madrugar al día siguiente, la compañía era muy amena por eso no quería irme, al llegar las siete ella dijo que ya no me dejaría ir, decía que el camino era peligroso. No entendía el porqué, por allí no había delincuencia o algo de lo que cuidarse, así que le pregunté y me dijo hay que cuidarse del demonio. Debo confesar que en ese momento me reí de buena gana, no podía ser que mi amiga me hablara en serio de esas cosas, y para demostrarle que no creía en eso me quedé casi hasta las diez. Ella y su madre intentaron detenerme de varias maneras, pero yo no cedería debía demostrarles que esas cosas no existen.

La noche era fresca y la luna iluminaba el camino, yo silbaba alegre, lo hacía más que nada porque mi amiga me había advertido encarecidamente que no silbara, ni hiciera mucho ruido al bajar y mucho menos al lado de una roca que había a la vera del camino. Sabía yo cual era la roca, una normal como cualquier otra, no me iban a asustar esas cosas. Al estar a pocos pasos de la misma escuché tres golpes, era como si alguien tocara una puerta, solo que estos venían de la roca, me quedé quieto y en silencio intentando volver a escuchar o saber si había sido mi imaginación, pero los tres golpes volvieron a retumbar dentro de la piedra. Di dos pasos atrás, sabía que algo estaba mal, más que nada porque la luna fue cubierta por una nube negra, mientras una espesa niebla iba cubriendo el camino. Deshice  mi andar y emprendí camino donde mi amiga, pero a mis espaldas escucho el relinchar de un caballo. Mi piel se puso de gallina, y un frio inexplicable subió por toda mi piel, llegando hasta mi cabeza, haciendo que mi cabello se pusiera en puntas. Sentía como de éste salía una energía. Todo esto se debía que yo sabía que aquel relinchar pertenecía al caballo del jinete desalmado. Emprendí una carrera desenfrenada a casa de mi amiga, escuchaba el resoplar del caballo y más que nada el sonar de cadenas arrastradas por el camino, no había duda tenía a mis espaldas aquel engendro demoniaco que robaba almas. Por fortuna había caminado poco, toqué con desespero la casa de mi amiga, me abrieron y sin decir nada me tiré adentro, y mientras ellas me miraban con confusión, afuera se escuchó el paso del caballo y sus cadenas- El jinete desalmado, dijeron ella y su madre, en susurros.

Lo escuchamos ir y devolverse, y para terror nuestro se detuvo en la puerta de la casa, algo que nunca hacía. Después, se escucharon sus pasos caminar por el empedrado que llevaba a la puerta principal, sus espuelas retumbaban haciendo un sonido muy agudo y tenebroso, llegó hasta la puerta y dio tres toques. A mí se me heló la sangre, sabía que era los mismos toques que había escuchado en la roca. Esperó un momento y volvió a tocar. En esas, la madre de mi amiga sacó un rosario y empezó a rezar, lo escuchamos caminar hasta el caballo, también el sonido peculiar de un jinete cuando monta, dio una sonora carcajada, la más fuerte y terrorífica que yo haya podido escuchar en la vida, se fue de allí galopando y como siempre arrastrando las cadenas por el camino.

Esa noche amanecí allí, y aquella noche pude dar fe que esas cosas sí existen, solo que no creemos hasta tenerlas frente a nosotros. (Derechos de autor: Alex Moralex Gómez).

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1 Respuesta

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respondido por Campeón de todos los pesos (1.1m puntos)
seleccionada por
 
Mejor respuesta
No amigo.. no la conocía.....

꧁ঔৣֆȶʀǟաɮɛʀʀʏɢɨʀʟঔৣ꧂



comentado por Semipesado (388k puntos)
Espero te haya gustado.






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