Carlos se había cansado de robar en el transporte público y decide que, tal vez ser taxista es una opción para poder tener a mujeres hermosas.
Como era de esperarse, él era una persona vulgar, y cuando una mujer bella se subía a su taxi, le hacía insinuaciones. Era de esperarse que las mujeres lo rechazaran y hasta abofeteaban. Él, cada día estaba más enojado, pues ninguna mujer hermosa le hacía caso y en su mente comienza a germinar algo macabro.
Un día sube una mujer muy hermosa al taxi y él la halaga, pero la mujer no le dice nada que él quiera escuchar, así que de un momento a otro, da un volantazo y la lleva a las afueras de la ciudad. La mujer gritaba, trataba de golpearlo, pero él se aguantaba. En su mente pasaba, que hoy sería su día. Llegan a un lugar baldío y saca a la mujer a la fuerza a una fábrica abandonada, le rompe la ropa y abusa de ella. La deja inconsciente, pero sabe que si ella habla, lo buscaran hasta detenerlo y toma la decisión de quitarle la vida. Después de haber cometido su fechoría, se va y deja el cuerpo.
Pasan días y él no tiene remordimientos. Se escuchaba que había mujeres sin vida en varios lugares, pero nadie sabía quién era el depravado.
Daba vueltas por la cuidad esperando subir a otra dama, cuando en la calle una mujer muy hermosa le hace la seña de solicitar sus servicios. Se detiene y observa que es una mujer muy hermosa. Ella, algo seria, le dice: llévame a esta dirección. Él la empieza a halagar, y ella acepta sus insinuaciones. Por fin alguien le hace caso, pensaba él.
Le dice que la llevará a otro lugar para hacer cosas, pero la mujer le dice que si quiere, vayan a donde vive que es la dirección que le dio. Él, sin pensarlo, dice que sí. Acelera el vehículo, pues ya quiere tenerla entre sus sucias manos. Estaba atardeciendo, y empieza a ver que ese lugar era conocido. La mujer le dice: anda vamos o ya te dio miedo una mujer como yo. Él le dice: claro que no.
Al final ve unas bardas y una pequeña casa. Estaciona el carro, baja la mujer y la sigue. Se meten a la casita y el hombre la empieza a besar, a quitar su ropa. Cierra los ojos para llevarse por la pasión, pero cuando los abre, se da cuenta que está besando el cadáver de aquella mujer. Sus labios estaban llenos de carne podrida, y no estaba en una casa, sino que era la fábrica abandonada, donde dejó un cadáver.
Al día siguiente, encuentran su taxi y su cuerpo a lado de otro en estado de descomposición, pero su rostro tenía una mueca de horror. Se dice que la mujer buscó la forma de vengar su muerte.
Esta historia se cuenta entre los taxistas y chóferes de transporte público. Ya han desaparecido varios hombres, y se cree que es la mujer descarnada. (Diego Mictlan).
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