Clara prefería alejarse de todos. Desde pequeña, era una niña solitaria que buscaba refugio en su amiguita imaginaria. Mientras los demás niños corrían y jugaban en el parque, Clara se sentaba bajo la sombra de un árbol y hablaba en voz baja con su extraña compañera invisible.
Al principio, sus padres pensaron que era normal, que era solo la forma en que Clara desarrollaba su creatividad. Pero conforme pasaba el tiempo, los comportamientos extraños de Clara se intensificaban y su amiguita parecía estar ejerciendo una influencia negativa sobre ella.
Las noches se volvieron una pesadilla para Clara. Su dormitorio se llenaba de sombras oscuras y siniestras figuras se movían en la oscuridad. Las pesadillas eran tan vívidas y aterradoras que Clara se despertaba sudando y temblando, incapaz de distinguir entre la realidad y el mundo horrible de sus sueños.
A medida que las pesadillas aumentaban, Clara comenzó a actuar de manera extraña durante el día. Sus ojos reflejaban un brillo malicioso y una sonrisa retorcida se dibujaba en su rostro constantemente. Los padres, desesperados, trataron de comprender qué había sucedido con su pequeña niña.
Un día, mientras jugaba en el jardín, Clara llevó a cabo una maldad inaudita. Sin razón aparente, atacó a su amiguita imaginaria con una tijera. El aire se llenó de risas siniestras y un aura de maldad pareció rodear a Clara mientras se burlaba de su amiga invisible, transformándola en un ente malévolo.
Esta vez, los padres se dieron cuenta de que algo estaba muy mal. Decidieron buscar ayuda profesional, pero cuando corrieron a buscar a Clara, ella había desaparecido sin dejar rastro. Ni una sola pista indicaba a dónde había ido o qué había sido de ella.
Desesperados, buscaron en todos los rincones, llamaron a la policía y pidieron ayuda a los medios de comunicación. Pero Clara había desvanecido en la oscuridad, dejando a sus padres sumidos en la tristeza y el miedo.
Años después, en una pequeña ciudad, se encontraron los restos de una antigua casa abandonada. Los vecinos contaban historias de espíritus malignos y susurros en la oscuridad. La casa, según dicen, estaba encantada por el terrible destino de una niña llamada Clara, cuya alma torturada aún buscaba venganza.
Hasta el día de hoy, nadie sabe qué fue de Clara y su amiguita imaginaria, pero se dice que si te aventuras en esa casa, puedes sentir su presencia malévola. Pero ten cuidado, porque si Clara te encuentra, podría querer hacerte compañía para siempre en ese oscuro y perverso lugar. (Créditos: Leyendas Urbanas).
